Estados Unidos y Japón han anunciado una cooperación a gran escala en el campo de la inteligencia y la tecnología artificiales.
Estados Unidos y Japón dieron a conocer una serie de nuevas iniciativas en inteligencia artificial,
computación cuántica, semiconductores y otras iniciativas tecnológicas críticas.
Los ambiciosos planes fueron anunciados esta semana por el presidente Biden y el primer ministro
japonés, Kishida Fumio, después de la visita oficial de Kishida a la Casa Blanca.
Si bien los líderes reafirmaron su compromiso con una amplia gama de áreas, incluidas la defensa, el
clima, el desarrollo y los esfuerzos humanitarios, la cooperación en tecnologías emergentes ocupó un
lugar central y destacó cómo la alianza entre Estados Unidos y Japón está evolucionando hacia una
asociación global integral respaldada por la innovación.
La inteligencia artificial ocupa un lugar central
Una iniciativa importante es una asociación de 110 millones de dólares entre la Universidad de
Washington, la Universidad de Tsukuba, la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad Keio. Con el
apoyo de gigantes tecnológicos como NVIDIA, Arm, Amazon y Microsoft, así como de empresas japonesas,
el programa pretende fortalecer el liderazgo de Estados Unidos y Japón en investigación y desarrollo
avanzados de inteligencia artificial.
Estados Unidos y Japón también se comprometieron a apoyarse mutuamente en el establecimiento de
institutos nacionales de seguridad de IA y prometieron cooperación futura en estándares de
seguridad, evaluaciones y marcos de gestión de riesgos de IA compatibles.
En un esfuerzo por reducir los riesgos asociados con la inteligencia artificial, los países se han
comprometido a brindar transparencia con respecto al contenido creado y manipulado por inteligencia
artificial desde los canales gubernamentales oficiales. Se prometieron investigaciones técnicas y
estándares para la identificación y autenticación de medios sintéticos.
Saltos cuánticos
La tecnología cuántica ocupa un lugar central: el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología
(NIST) de EE. UU. está colaborando con el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial
Avanzada (AIST) de Japón para crear cadenas de suministro cuánticas confiables.
También se anunció una colaboración tripartita entre la Universidad de Chicago, la Universidad de
Tokio y la Universidad Nacional de Seúl para formar una fuerza laboral cuántica y mejorar la
competitividad.
Estados Unidos y Japón también dieron la bienvenida a nuevos acuerdos comerciales, incluido el de
Quantinuum, que proporciona servicios de computación cuántica al Instituto RIKEN de Japón por 50
millones de dólares durante cinco años.
Se han anunciado varias iniciativas de semiconductores, como una posible colaboración entre el
Centro de Tecnología de Semiconductores Avanzado (LSTC) de Japón con el Centro Nacional de
Tecnología de Semiconductores de EE.UU. y el Programa Nacional de Fabricación Avanzada de Embalajes.
Los países se comprometieron a explorar iniciativas conjuntas para desarrollar la fuerza laboral de
semiconductores a través de talleres técnicos.
Otros acuerdos comerciales anunciados abarcaron computación en la nube, telecomunicaciones,
baterías, robótica, biotecnología, finanzas, transporte y más, destacando cómo la alianza aúna
esfuerzos públicos y privados.
Desarrollo humano
Las iniciativas relacionadas con intercambios de educación STEM, programas de capacitación
tecnológica, programas de emprendimiento y esfuerzos de circulación de talentos han puesto de
relieve el enfoque en el desarrollo del capital humano para apoyar la próxima ola de innovación
digital.
Si bien los avances tecnológicos atraen la atención, la proliferación de iniciativas destinadas a
aprender, compartir y formar a innovadores, investigadores y profesionales en estos campos puede
resultar igualmente vital. Estados Unidos y Japón parecen decididos a desarrollar y utilizar
estratégicamente recursos humanos para mantener el ritmo de sus esfuerzos por crear capacidades
avanzadas en inteligencia artificial, tecnología cuántica, chips y otras tecnologías avanzadas.
Ambos países son muy conscientes de que construir ecosistemas complementarios a través de
tecnologías vitales es esencial para fortalecer la competitividad, la prosperidad económica y la
seguridad nacional en una era de mayor competencia estratégica.